Caminaba rápida, vista al frente, la música a tope y la mente a más de mil por hora. Una nube se le coló al sol, y de repente diferentes haces de luz iluminaron el cielo, como el gran foco a un artista en el escenario, recibiendo su ovación. Naranja, rojo, amarillo…bailando con el azul infinito. Quiso pararse, pensó hacer una foto. No. Imposible que alguien pudiera verlo como ella lo estaba sintiendo entonces. Estaba rodeada de gente, pasaban coches. Pero no existía nada en ese momento que no fuera el sol, aquella nube juguetona, la canción “Songbird”, cantada por Eva Cassidy y ese aislamiento del mundo, tan reconfortante.
Siguió mirando un poco más, y como un caleidoscopio, la nube coqueta empezó a sonrojarse de rosa, blanco teñido de amor, rojo en el crepúsculo que el sol asumía lentamente hasta desaparecer por completo…
Ni las palabras son suficientes.
P.
Para escuchar: Songbird
si ya no lo son las palabras... entonces, qué?
ResponderEliminarpues sí que era bonito, sí... :)
ResponderEliminarVértigo, a veces nada lo es. Simplemente, hay sensaciones que no se pueden transmitir. Quedan para nosotros...
ResponderEliminar:-)
A veces las palabras no son suficientes, y a veces es imposible hacer que alguien vea, o imagine siquiera, lo que nosotros mismos somos capaces de ver en un instante :)
ResponderEliminarUn abrazo!